martes, 26 de enero de 2016

Libertad.

Frágil. Como una copa de cristal, de esas que suenan tan finas al golpearlas levemente. 
Frágil. Como una rosa cuando la aprietas con tus manos, pero igual que frágil, también sabe hacer daño con sus espinas. Y no es que sea mala, es que es insegura. Es que duda. Es que no confía. Es que hay que saber cogerla para no dañarla, ni dañarte. 
La belleza de lo destructivo. La delicadeza de lo rudo. La armonía del desorden. La paz en mitad de la guerra. La sangre que bombea un corazón roto. El miedo a la luz. El ansia de oscuridad. Las ganas de romperse a besos. La manía de arreglarse a golpes. Las ansias de volar, y el temor a quedarse anclado a un suelo de tierra quemado, sembrada de sal, en la que ya no puede crecer nada más que dolor y angustia. 
Pero... ¿Qué es eso? Parece la rosa, que cansada de vivir bajo ese suelo maldito, decidió salir a buscar su lugar. A recorrer el mundo. A llegar a las nubes. A sentir que puede hacer cualquier cosa. A saber que es más que una "simple planta inútil". A ser la dueña de su destino. A encontrar quien sepa cogerla, sin arrancar sus raíces. A regarla con sonrisas más que con lágrimas. Es ser más, y no sentirse menos. A plantarle cara al destino. A salir adelante. A luchar contra el opresor que quiera robarle sus sueños; sus ilusiones. A cortar los hilos del titiritero, y ser dueña de su propia voz y su voto. De su derecho a decidir. De decir lo que quiera sin miedo a ser juzgada. De convertir la utopía, en realidad. De ser ella misma. De mostrarse tal y como es. De guardar sus espinas, y solo usarlas para defenderse cuando sea necesario, sin tener que dañar, antes de que le dañen. 
Tú, mujer libre y fuerte, tienes que alzar tu voz al viento, y gritar con fuerza que nadie tiene derecho ni voz por encima de ti. Que perteneces a una sociedad igualitaria, dentro de un mundo justo en el que se te trata de igual. Que eres libre. LIBRE. Y aunque te pueda sonar fantástico, no lo es. No lo es, porque siempre lo has sido, y esto que te digo, no es nada nuevo. Porque tú, al igual que yo, sabemos que Dios no existe, y que solo nosotros decidimos. Que te repetiré una y mil veces lo hermosa que eres cuando gritas tu nombre: Libertad. Que lo eres. Que siempre lo has sido y siempre lo serás.
Que, ojalá, todas estas palabras, no fueran solo un sueño. Y que si solo son un sueño, durmamos hasta que la realidad sea realmente buena para vivirla. 
Fotografía por: Ana Neko.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Lo siento...

¿Cómo empiezo esto? ¿Te digo que te amo? ¿Te digo que te odio? ¿Te digo algo o simplemente guardo silencio? Dime, ¿qué hago? ¿Puedo hacer algo? Tú estás con el otro. Yo te empuje a sus brazos y perdí mi oportunidad por ser un gilipollas completo. Porque te amé más de lo que amé nunca a nadie. Eres tú. Siempre has sido tú. Siempre serás tú. 
El 29 hizo un año desde esa cerveza de plástico. Desde ese colgante. Desde que me robaste aquella gorra. Desde ese concierto que no vimos, porque estábamos ocupados sintiendo algo maravilloso. Desde esas miradas. Desde ese beso que me hizo sentir pura magia. Desde ese comienzo. Desde la primera vez que volé con un beso. Desde nosotros. Y... Dios, me pasé el día llorando, no te mentiré. Todo el santo día llorando porque echaba de menos esos momentos. Porque te echaba de menos a ti, y sabía que no volverías. Todo el día y toda la noche esperando un mensaje tuyo diciendo algo, lo que fuera... Después de todo lo que hemos pasado... Aún sigo aquí. Aguantando por ti. 
Tal vez ya sea tarde, pero... Eres tú. Y no puede haber nadie más. Intenté ocupar el vacío que dejaste en mí, y no hay manera. Y... Todas las cosas que tuve que hacer y decir para que tú me olvidaras y estuvieras bien con él... Soy gilipollas. Pero todo lo que hice, todo, fue por verte sonreír. Siempre. Porque te lo mereces. Porque eres la luna de mis noches. Porque eres la única capaz de hacer sonreír hasta cuando todo va mal. Porque son tus brazos los que busco en mi cama cada noche. Porque son tus besos los que busco cada mañana para desayunar. 

¿Recuerdas esos días que pasamos en casa los dos solos? La cena, las velas, la chimenea, escondernos para fumar, darnos amor por toda la casa, los dibujos por las mañanas, los desayunos, la ducha juntos, los videojuegos, la música, la cocina, los gatos mirándonos... La bronca que me tragué después de esos días, y que no me importó porque fueron los mejores días de mi vida. Porque lo daría todo por volver a tenerte conmigo. Porque quiero volver a intentarlo. Porque si no hubiera pasado nada de lo que pasó, aún seguiríamos juntos, y nos iría genial. Lo sé. Lo sabes. Todos lo saben... 

Nuestro viaje a Madrid, las comidas en casa de tu madre, las noches en Camarote, los malabares, las findes en mi casa... Crevillente, San Juan, Alicante, San Vicente... El andaluz, aquella cafetería a la que íbamos siempre, la casa de Paul, la de Rekoh, los parques, las calles... El mundo era nuestro. Me sentía capaz de todo a tu lado. 
Es cierto que teníamos nuestros roces y nuestros bajones, pero, siempre podíamos contar el uno con el otro pasara lo que pasara, y eso era lo mejor del mundo. La estabilidad y seguridad que tenía contigo... No la he tenido con nadie. Quiero volver a intentarlo, sí. Y cada día que pasa, cada vez que me vuelves a besar, lo tengo más claro. 
Pero veo que con él parecer más feliz de lo que fuiste conmigo... Y sé que no tengo derecho a reprocharte nada después de todo lo que hice, y no lo haré. Pero... Quiero que sepas que te amo más que nunca. 
No me hizo falta perderte para saber lo que tenía. Siempre lo supe. Pero tal vez no supe valorarlo del todo... Y... Joder... Lo siento. Por todo. Lo siento. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Tú.

Tus ojos. Tu mirada. Esa manera en la que me atrapas dentro de ti y haces que lo vea todo de otra manera. Eres simplemente tú. Tan perfectamente imperfecta, que me resultas increíble y a veces tengo miedo de que no seas real, y solo existas en mi mente... Tal vez sea la demencia que me crea esa manera que tienes de mirarme, morderte el labio, y besarme, la que hace cada momento a tu lado tan inolvidable. Dime, ¿quién soy ahora? Desde que apareciste en mi vida, ya no me reconozco al mirarme en el espejo... Aunque el mejor espejo, son tus ojos. Esos ojos brillantes, tiernos y expresivos que tienes, y en los que me veo reflejado de una manera que nunca había visto... O mejor dicho, sentido. Es como si al mirarte, y verme ahí, viera lo mejor de mi. Eso que solamente tú consigues sacar. Y el poder ver más allá de lo que expresas, y sentir como si te conociera mejor que a mi mismo, sin necesidad de decir nada, es mágico. 
Me haces ver lo bonito dentro de una mente y un corazón destrozados, y eso es lo más hermoso de este mundo. 
Tu boca. Tu sonrisa. Esa paz que me trasmites, y se sentimiento de felicidad que me genera el saber que soy yo el motivo de tu bienestar y tus sonrisas más grandes, no tiene nombre... Y no lo necesita. Ambos sabemos lo que es, lo que sentimos y lo que representa... Es algo nuestro. Como esos momentos de silencio entre besos y caricias, que me hacen sentir en una nube. Qué me quedo con los ojos cerrados, y lo único que escucho es tu respiración y el latir de tu corazón, mientras solamente puedo sentir y pensar en tus caricias por mi espalda, mi cuello o mi torso. Me dejas anestesiado. 
Esa manera tan tonta de picarnos, y besarnos entre sonrisas, hace que me vuelva más loco aun. Más loco por no dejarte marchar, y cuidarte lo mejor posible. Por hacerte sentir viva. 
Y sí, tengo ganas de desaparecer, y que todo el mundo se olvide de que existo... Pero quiero qué tú vengas conmigo. No me imagino a una compañera de viaje mejor, la verdad. Quiero que sientas lo mismo que yo al llegar a algún sitio difícil, tumbarnos, y mirar el cielo mientras pasa el tiempo, y nada importa más que tú y yo. Rodearte con mis brazos, y que se acabe el mundo si quiere, que solo me importaras tú. 
Todo es tan raro cuando estamos juntos... Se apaga todo lo que hay a nuestro al rededor, y solo puedo escuchar tu voz como la melodía más hermosa que he escuchado nunca. Eres tú. Soy yo. Dos almas rotas, que han encontrado la calma juntas.

lunes, 30 de marzo de 2015

Nuestras grietas se complementan...

El título habla por si solo, ¿no? Es gracioso... Hace ya un tiempo, que me a parecido una eternidad que no iba a terminar nunca, me dije a mi mismo <<Nunca más volveré a sentir nada por nadie, porque eso solo hace que me rompa más y más cada vez que crece algo dentro de mi, y no puedo controlarlo.>>... Y ahora, ¿qué? Llega una musa, danzando entre mis paginas y mis pensamientos, haciendo que olvide todo, y encuentre mi Edén en su regazo, y me rompe los esquemas de una manera sencillamente preciosa. Es... Pura poesía al hablar, al mirarme, al hacerme sentir libre atrapado en sus ojos. Pero no todo es tan bonito, por desgracia... Ambos arrastramos cadenas y un pasado con el que lidiamos día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto... Pero todo cambia cuando estamos juntos. El tiempo se para. El pasado se esfuma. Solo somos ella, yo, y esas ganas terribles de fundirnos en la piel del otro que difícilmente somos capaces de controlar. Adoro recorrer su cuerpo con mis dedos, y perderme entre los surcos de su pelo; morderle el labio tras besarla, y que sonría de esa forma tan tonta y que tanto me gusta... Son mil emociones las que provoca en mi interior, y no sé muy bien como explicarlas; aunque tampoco es necesario hacerlo. 
A veces, sobran las palabras, y basta con los hechos.
"Nuestras grietas se complementan."  
Son las palabras que me han dicho nunca, y es lo que mejor define lo que siento ahora mismo. Es la comprensión y la paz que me da en tiempos en los que, por suerte o por desgracia, no anda nada bien, ella es lo único bueno que tengo. Y digo por suerte, porque aun dentro de lo malo, ella brilla como una rayo de luz travieso que se abre paso entre la oscuridad para hacerme la vida más amena... Más bonita. La veo en todas partes... En mi libreta, en la televisión, en las paredes, en el espejo, en los ojos de la gente, en las sonrisas de la gente... Es mi primer pensamiento al despertar, y el último antes de dormir. Me esta volviendo loco... Un tanto demente, tal vez. Pero, ¿sabéis qué? Me encanta. Y si me tienen que poner una camisa de fuerza por ella, que sean sus brazos. Que si me tienen que callar, que sea con sus besos. Y si me tengo que ir, solo querría que ella fuera mi acompañante. Solo ella es capaz de entender cuando "hablo a medias" y mis silencios, y siento como si la conociera más allá de lo vivido o los gustos... De una manera más... Real, tal vez. 
En ocasiones tengo miedo de que todo esto sea solo un sueño, fruto de mi soledad y mi desquicio... Pero si así fuera, por favor, pido que nada ni nadie me despierte, pues esto es todo lo que tengo... Todo lo que quiero.

domingo, 29 de marzo de 2015

Letargo.

¿Cuanto ha pasado desde la ultima vez que me afloje la soga? Han pasado meses, y la soga se ha ido apretando más y más cada día que pasaba, hasta el punto de no poder respirar, ni hablar, ni sentir, ni vivir... Todo era oscuridad, era demencia, era dolor, era sangre deslizándose por mis ojos en forma de lágrimas, y yo no podía hacer nada más que tragarme todo lo que estaba pasando, y apartarlo por la gente que estuvo a mi lado. Y, ¿para qué? De los que fuimos, ¿cuantos somos aun? Apenas dos o tres, con una suerte infinita, y ni siquiera hablamos... Me mata. Y, tal vez, ya llevé tiempo muerto, pero aun no lo he aceptado porque tengo miedo al olvido, porque ya fui olvidado. 
Han sido meses de perdidas, de desesperación, de gritos ahogados, de dejarme los nudillos y la garganta en todas partes en las que nos veíamos antes... Pero eso se acabo hace tiempo. Se acabo, porque me canse de tragar el humo de la cortina que pusiste para ponerme a mi como el malo en todo, y me siento imbécil por tragarme tus mentiras. Y ahora que he conocido a otra persona, que me hace sentir que la conozco sin conocerla de verdad, y qué, por primera vez en mucho tiempo, me hace sentir bien, y cambia todo el curso de mi historia en pocas palabras, no puedo mostrar lo que siento, porque tengo miedo... ¿Y por qué tengo miedo? Por tu culpa, en parte. Porque me has roto, y ahora me da la sensación de que rompo todo lo que toco, y, romper a alguien que ya esta roto, y qué, no intento reconstruir, pues me gustan sus pedazos, no es mi visión de querer cuidar a alguien.
Pero si no soy capaz ni de mirar por mi, ¿cómo voy a mirar por otra persona? El problema es que no puedo pensar solo en mi, y olvidarme de los demás, porque no soy así. Aunque no se merezcan mi apoyo por "X" motivos, voy a estar ahí. Porque sí. Porque soy gilipollas y antepongo la felicidad de quien me importa a la mía. Pero ser el motivo de la sonrisa de alguien, y sobretodo de la de mi musa, es recompensa suficiente para cerrar mis heridas, aunque sea de forma temporal. 
Todo esto solo son lamentos y delirios sin ton ni son, ni pies ni cabeza, ni sentido ni razón; es mero desahogo para el alma, resumido en algunas lineas que no puedo terminar porque las lágrimas no lo permiten. Esto no es un punto y final, solamente lo dejo hasta que lo vuelva a necesitar...

martes, 20 de enero de 2015

¿Qué ha pasado?

Toda mi vida se desmorona por segundos... Todo lo que quiero, se esta marchando... Joder, si estoy temblando y con los ojo llenos de lagrimas mientras escribo esto... Ya no sé en que lugar quedo yo. Ni si aun me amas, ni si aun formo parte de tu vida, ni si aun estas conmigo, o no... No sé si estoy deprimido, decepcionado conmigo mismo, triste, nostálgico, solo, vacío, roto... No sé como he llegado hasta esto punto, de querer perder todo, por el miedo a sentir que pierdo a la persona que más profundo a llegado en mi corazón... Por no hablar de la idea de vivir sin ella.. De vivir sin ti. Me agobia la idea de no volver a rodearte con mis brazos y besar tus labios... Me agobia, y me mata. ¿Y todas las promesas de futuro que hicimos viviendo el momento? Intento luchar por ellas, es lo que quiero, de verdad... Pero no puedo hacerlo solo. Sé que la he cagado como nunca, y que he derrumbado todo lo que hemos construido, porque soy un gilipollas que no sabe ver más allá de sus problemas... Que no ha sabido cuidarte como te mereces. Te mereces el cielo, la luna y el sol, y todas y cada una de las estrellas del firmamento, pero yo, no te las puedo dar... Solo te doy disgustos y decepciones... Y me odio por ello, y por mil cosas más. Siento no ser lo que pensabas, ni lo que necesitas, lo siento de veras... Hago lo que puedo por cambiar, pero si cada te noto más lejos de mi, y todos los vestigios de que siguen conmigo, desaparecen poco a poco... ¿Donde quedo yo? ¿Quien soy sin ti? No quiero volver a ser ese idiota que pierde todo lo que quiere y jode su vida por minutos... Por segundos, más bien... Joder... 
Se me caen encima las paredes de mi habitación... Esta falta de ti por aquí, haciendome cosquillas y riéndonos, besándonos y demostrando nuestro amor con caricias frágiles y delicadas... Nuestras "viciadas" a la Play 3, con el juego que me regalaste... Cenar juntos, y abrazarte antes de dormir,,, Despertarte a besos, y que tú me hagas lo mismo... Y que tú sonrisa sea lo primero que vea al abrir los ojos... Me encanta. 
¿Recuerdas como nos conocimos? Aquel día que me viste en la playa, y nos fijamos el uno en el otro, sin saber por que... Cuando yo pensaba que me mirabas mal, y en realidad no era así... Recuerdo cuando me fui porque no quería molestarte, y eso que aun no sabía ni como te llamabas. Después en mi cumpleaños, cuando llegaste, me felicitaste, y sin conocerte, mis primeras palabras hacía ti fueron "Hola, soy Vicente. ¿Quieres cerveza?", tirado encima de un coche, y borracho como una cuba en la puerta de Camarote... Joder, ¿quien me iba a decir a mi que esa chica a la que ofrecí cerveza, acabaría siendo la mujer de mi vida? 
Después de aquello, pasaron cosas en mi vida, que provocaron que me fuera una temporada, para poner mi cabeza y mis sentimientos en orden. Me vino bien, la verdad. Aunque el palo que vino después, fue mucho más duro... Pero ahí entra ella en escena. 29 de Agosto de 2014, Mercado Central de Alicante, 20:00 de la tarde, más o menos. Llegaron Rekoh, y ella... Nos presentamos de nuevo, pero esta vez, en condiciones. Ella llevaba un litro de plástico, y nos metimos con ella por ello durante un rato, pero de buen royo. Entonces llegamos a la sala Babel, a un concierto de Santiuve (que no vimos). Al principio estábamos muy, muy tímidos. Ni yo le hablaba, ni ella a mi... Tenía miedo de caerle mal, y que me tomara por un crío o algo así, y pasara de mi... Una vez en el concierto, solo pensaba en sus ojos... "Joder, ¿como puede tener una mirada tan...?". Lo siento, pero es indescriptible lo que siento dentro de mi cuando me mira. Y según me dijo, estaba todo el tiempo intentando estar cerca de mi, y yo no me di cuenta... Que tonto que fui. Después, por motivos que no son de la incumbencia de nadie, discutió con Rekoh, y ella estaba mal. Yo lo vi, y le hice cosquillas para intentar que se animara... Le regalé un collar que me había acompañado en mi viaje introspectivo para encontrarme y poner mi mente en orden... Es un collar del Yin-Yang, pero sin el Yin. Le explique el por que no estaba el yin, y le dije que no estaba, porque las cosas malas ya no tienen cavidad en mi vida, y ahora, tampoco en la suya. Ella lo recuerda mejor que yo, seguro... El caso es que sin saber como, empezamos a hacernos cosquillas, y con la tontería de "¿Quieres pelea?", acabamos en una pared, frente a frente... Ella intentaba salir, pero la bloqueé con los brazos, y cada vez estábamos más cerca... Y un ultimo "¿Quieres pelea?", nos condujo a ese beso, que, joder, fue el mejor beso de mi vida,,, Me sentía en una nube, y no había nada más en el mundo, que ella, yo, y ese instante... Fue mágico. 
Estuvimos juntos toda la noche, y cuando nos despedimos, pensé "Mierda, no la volveré a ver...", y me deprimí de verdad... Durante la vuelta a casa, solo hablaba de ella y le preguntaba a Rekoh cosas sobre ella, y le decía que no veía posible que eso pasara... Pero pasó. 
Al día siguiente, Rekoh le pregunto que si tenía algo que hacer y la conversación fue como:
- Tienes algo que hacer a las 5?
+ No, por?
- Has quedado con Vicente
Y así fue, quedamos... Yo tenía miedo por si había algún silencio incomodo, pero estuvimos hablando todo el tiempo, de todo y de nada. Lo mejor, fue cuando llegue, que me senté a su lado, y ni nos saludamos, solo nos fuimos, como si nada. Fuimos a unas calas que habían por allí, y nos volvimos a besar allí arriba... Otra vez, fue pura magia. 
Solo había pasado un día, y no sabíamos si eramos algo o que... Y ya sentía que no me quería separar de su lado. 
Solo puedo decir que la amo más que a nada, y que recuerdo esta historia cada día... Y que cada día que pasa, solo la puedo amar más y más...


Siempre tuyo, Gatosaxofón.

jueves, 15 de enero de 2015

Entiendeme...

He llegado a mi limite. Han vuelto las pesadillas, el sentimiento de soledad absoluta, las lagrimas suicidas que saltan de mis ojos para acabar con su dolor... Con el mio. Pero es en balde... Me juré a mi mismo que no volvería a pasar por esto... Que no volvería a caer. No tengo palabra ni conmigo mismo... Esos pensamientos que nadie sabe, están volviendo. Esos pensamientos de acabar con todo... De buscar esa salida que sí, acabaría con todo... Al menos para mi. Pero tengo gente que creo me quiere, aunque sea un mínimo, y no quiero que lo pasen mal, aunque sea algo temporal... No lo sé, la verdad... No lo sé.
A cada palabra que escribo, olvido la anterior y, joder, duele como miles de puñaladas cada una que sale. Estoy llenando el teclado de lagrimas saladas, de sangre, de tinta o de papel, que más dará... Pronto ya no sabré que hacer, y temo convertirme de nuevo en lo que más odio... No, me niego. Pero aunque me niegue, no puedo evitarlo... Sé que tengo gente que me respalda, y que se preocupa por mi... Gente que me quiere, y que daría mucho por verme bien... Pero aun así, me siento completamente... Solo. Es un vacío tan grande el que tengo dentro de mi... Dios... Ojalá alguien pudiera comprender como me siento. Ojalá fuera capaz de ignorar todo lo que pasa a mi alrededor, y no me preocuparan tanto las cosas... Ojalá fuera más fuerte... Ojalá fuera fuerte... Ojalá... Que palabra tan lejana, ¿no? "Ojalá"... Suena a algo que no se sabe si llegará a ser... Y eso me duele. Tal vez nunca llegue a salir de esto... Tal vez... Haya nacido para estar así... No sé si algún día llegaré a saberlo... Pero la presión que siento en el pecho mientras escribo esto, la mirada nublada y la mente en otra parte... Regurgitando mi corazón en unas cuantas lineas sin sentido, pero con sentido para mi. Al menos, lo he podido exteriorizar, aunque solo haya sido parte de todo lo que ronda mi cabeza... Estas ganas de acabar con todo, de abandonar, de rendirme, de coger mi mochila y un par de mudas, y marcharme para no volver... Total, ¿a quien le importaría que un inútil como yo que solo trae problemas haya donde va, se marchara para no volver? No es fácil vivir con esta mascara cada día de mi puta vida... No es nada fácil tener que sonreír y hacer el capullo, cuando lo que quiero es llorar... Llorar hasta quedarme sin lagrimas. Pero no puedo... Nadie sabe como me siento. Y, tal vez, nadie lea esto, pero... Dentro de mi, ya nada funciona.