jueves, 15 de enero de 2015

Entiendeme...

He llegado a mi limite. Han vuelto las pesadillas, el sentimiento de soledad absoluta, las lagrimas suicidas que saltan de mis ojos para acabar con su dolor... Con el mio. Pero es en balde... Me juré a mi mismo que no volvería a pasar por esto... Que no volvería a caer. No tengo palabra ni conmigo mismo... Esos pensamientos que nadie sabe, están volviendo. Esos pensamientos de acabar con todo... De buscar esa salida que sí, acabaría con todo... Al menos para mi. Pero tengo gente que creo me quiere, aunque sea un mínimo, y no quiero que lo pasen mal, aunque sea algo temporal... No lo sé, la verdad... No lo sé.
A cada palabra que escribo, olvido la anterior y, joder, duele como miles de puñaladas cada una que sale. Estoy llenando el teclado de lagrimas saladas, de sangre, de tinta o de papel, que más dará... Pronto ya no sabré que hacer, y temo convertirme de nuevo en lo que más odio... No, me niego. Pero aunque me niegue, no puedo evitarlo... Sé que tengo gente que me respalda, y que se preocupa por mi... Gente que me quiere, y que daría mucho por verme bien... Pero aun así, me siento completamente... Solo. Es un vacío tan grande el que tengo dentro de mi... Dios... Ojalá alguien pudiera comprender como me siento. Ojalá fuera capaz de ignorar todo lo que pasa a mi alrededor, y no me preocuparan tanto las cosas... Ojalá fuera más fuerte... Ojalá fuera fuerte... Ojalá... Que palabra tan lejana, ¿no? "Ojalá"... Suena a algo que no se sabe si llegará a ser... Y eso me duele. Tal vez nunca llegue a salir de esto... Tal vez... Haya nacido para estar así... No sé si algún día llegaré a saberlo... Pero la presión que siento en el pecho mientras escribo esto, la mirada nublada y la mente en otra parte... Regurgitando mi corazón en unas cuantas lineas sin sentido, pero con sentido para mi. Al menos, lo he podido exteriorizar, aunque solo haya sido parte de todo lo que ronda mi cabeza... Estas ganas de acabar con todo, de abandonar, de rendirme, de coger mi mochila y un par de mudas, y marcharme para no volver... Total, ¿a quien le importaría que un inútil como yo que solo trae problemas haya donde va, se marchara para no volver? No es fácil vivir con esta mascara cada día de mi puta vida... No es nada fácil tener que sonreír y hacer el capullo, cuando lo que quiero es llorar... Llorar hasta quedarme sin lagrimas. Pero no puedo... Nadie sabe como me siento. Y, tal vez, nadie lea esto, pero... Dentro de mi, ya nada funciona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario