¿Cómo empiezo esto? ¿Te digo que te amo? ¿Te digo que te odio? ¿Te digo algo o simplemente guardo silencio? Dime, ¿qué hago? ¿Puedo hacer algo? Tú estás con el otro. Yo te empuje a sus brazos y perdí mi oportunidad por ser un gilipollas completo. Porque te amé más de lo que amé nunca a nadie. Eres tú. Siempre has sido tú. Siempre serás tú.
El 29 hizo un año desde esa cerveza de plástico. Desde ese colgante. Desde que me robaste aquella gorra. Desde ese concierto que no vimos, porque estábamos ocupados sintiendo algo maravilloso. Desde esas miradas. Desde ese beso que me hizo sentir pura magia. Desde ese comienzo. Desde la primera vez que volé con un beso. Desde nosotros. Y... Dios, me pasé el día llorando, no te mentiré. Todo el santo día llorando porque echaba de menos esos momentos. Porque te echaba de menos a ti, y sabía que no volverías. Todo el día y toda la noche esperando un mensaje tuyo diciendo algo, lo que fuera... Después de todo lo que hemos pasado... Aún sigo aquí. Aguantando por ti.
Tal vez ya sea tarde, pero... Eres tú. Y no puede haber nadie más. Intenté ocupar el vacío que dejaste en mí, y no hay manera. Y... Todas las cosas que tuve que hacer y decir para que tú me olvidaras y estuvieras bien con él... Soy gilipollas. Pero todo lo que hice, todo, fue por verte sonreír. Siempre. Porque te lo mereces. Porque eres la luna de mis noches. Porque eres la única capaz de hacer sonreír hasta cuando todo va mal. Porque son tus brazos los que busco en mi cama cada noche. Porque son tus besos los que busco cada mañana para desayunar.
¿Recuerdas esos días que pasamos en casa los dos solos? La cena, las velas, la chimenea, escondernos para fumar, darnos amor por toda la casa, los dibujos por las mañanas, los desayunos, la ducha juntos, los videojuegos, la música, la cocina, los gatos mirándonos... La bronca que me tragué después de esos días, y que no me importó porque fueron los mejores días de mi vida. Porque lo daría todo por volver a tenerte conmigo. Porque quiero volver a intentarlo. Porque si no hubiera pasado nada de lo que pasó, aún seguiríamos juntos, y nos iría genial. Lo sé. Lo sabes. Todos lo saben...
Nuestro viaje a Madrid, las comidas en casa de tu madre, las noches en Camarote, los malabares, las findes en mi casa... Crevillente, San Juan, Alicante, San Vicente... El andaluz, aquella cafetería a la que íbamos siempre, la casa de Paul, la de Rekoh, los parques, las calles... El mundo era nuestro. Me sentía capaz de todo a tu lado.
Es cierto que teníamos nuestros roces y nuestros bajones, pero, siempre podíamos contar el uno con el otro pasara lo que pasara, y eso era lo mejor del mundo. La estabilidad y seguridad que tenía contigo... No la he tenido con nadie. Quiero volver a intentarlo, sí. Y cada día que pasa, cada vez que me vuelves a besar, lo tengo más claro.
Pero veo que con él parecer más feliz de lo que fuiste conmigo... Y sé que no tengo derecho a reprocharte nada después de todo lo que hice, y no lo haré. Pero... Quiero que sepas que te amo más que nunca.
No me hizo falta perderte para saber lo que tenía. Siempre lo supe. Pero tal vez no supe valorarlo del todo... Y... Joder... Lo siento. Por todo. Lo siento.