Una flor en mitad de una guerra. Intacta... Como si nada hubiera pasado a
su alrededor... Como si todo lo que estuviera viviendo, fuera un mal
sueño... Una pesadilla. Piensa que todo pasara pronto, que nadie podra
dañarla, por que, ¿quien dañaria una cosa tan hermosa como era ella?
Sentia que era inmune a todos los males que la rodeaban... Puede que
tuviera razón, o puede que no... Puede que el tiempo fuera su aliado, o
su peor enemigo... Que el viento fuera su escudo, o la lanza que la
destruyera... Habían tantas incognitas en su cabeza, que la devoraban
por dentro... Pero no podia hacer nada. Solo esperar a que todo
terminara, sin importar cual sería su final. Para bien o para mal, a
tenido una vida larga, llena de emociones y recuerdos, que nunca podra
comentar con nadie... Pues todos aquellos con los que compartia aquellos
recuerdos, llacían inertes en el frio suelo... Aplastados y
destrozados. Esa imagen la mataba, no podía soportar aqullo... Tanta
destrucción, dolor y lagrimas... Era demasiado para ella. Pero, ¿que
podía hacer ella, para arreglar todo aquello, si solo era un planta? Un
simple flor que permanecia inmovil en su puesto, como si de un guarda de
seguridad se tratara.
Tenia miedo, pero era fuerte... Mucho más de
lo que ella pensaba. Pero no queria darse cuenta.. No queria verlo.
Tenia una venda tapando sus ojos... Una venda invisible, que solo ella
podía ver, aunque le impidiera ver. Despues de muchos años, aquella
situación cambio. Las guerras acabaron, el hambre se mitigo, y todo por
lo que antes temia, ya no estaba. Pero seguia sintiendo miedo... Se
había acostumbrado a vivir en la penuria, y cuando todo hubo pasado, no
supo reaccionar... No pudo aguantar aquella sensación de libertad... Una
libertad que la asfixiaba.
De pronto, un día cualquiera, un pequeño
que jugaba por la zona, la saco del suelo en el que llacía con mucho
cuidado, y se la llevo a su casa lo más rapido que pudo. Una vez llego a
su casa, la trasplanto a una maceta lo más rapido que pudo, intentando
salvar su vida... Lo consigio. La pequeña flor seguia viva.
Tras
varios días cuidando de ella, la flor recupero fuerzas, y volvio a
disfrutar de su libertad. La flor marchita que fue antaño, había
desaparecido... Renacio.
La flor, aun asombrada por lo que el niño
había hecho por ella, le pregunto: "¿Por qué me salvaste de aquella
situación?. <> "No podía dejar que algo tan hermoso, estuviera
solo en la fria calle, con el riesgo de que pueda ser destruido... Sería
algo imperdonable. Por desgracia, hay gente que lo haría, y no se
inmutaria...". El niño solto un pequeña lagrima... Y la flor, asombrada,
le dijo que no pasaba nada, que ella había luchado mucho, y sabía
sobrevivir. El niño se seco las lagrimas, y le dijo: "No quiero que
sobrevivas... Quiero que vivas.".
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